
El mundo es lo que uno piensa que es. El pensar: las ideas, creencias, convicciones, supuestos e imágenes mentales, tanto en su aspecto consciente como inconsciente.
- Cecilia Bergantiños
- 29 mar 2024
- 2 Min. de lectura
El mundo es lo que uno piensa que es.
El pensar: las ideas, creencias, convicciones, supuestos e imágenes mentales, tanto en su aspecto consciente como inconsciente.
nuestros pensamientos contribuyen a generar nuestra experiencia de la realidad
Nuestras creencias y convicciones son las que contribuyen a nuestra realidad cotidiana. Decimos que contribuyen porque nosotros no controlamos la realidad.
La realidad es el resultado de la confluencia de infinidad de variables. Nuestras creencias pueden favorecer o no en ello, no pueden determinar que suceda en un momento y lugar determinados.
La imagen que tenemos de nosotros mismos, las creencias respecto de cómo somos y de cuáles son nuestros talentos, defectos y posibilidades en la vida abrirán algunos caminos y cerrarán otros, facilitarán ciertos logros y no otros. Podríamos decir que, si creemos que podemos lograr mejores posiciones laborales, es más factible que las logremos. No podemos forzar un ascenso, pero si podemos crear condiciones para lograr de alguna manera un puesto mejor en algún momento.
Desde una perspectiva más metafísica y esotérica, la aseveración subyacente a este principio es que los pensamientos son energía electromagnética. Los pensamientos son una forma muy sutil de materia, son energía. Esta energía tiene la capacidad de atraer circunstancias, a la manera de un imán, y de cristalizarse en lo que llamamos realidad objetiva.
Es decir que la energía de los pensamientos, cuando tiene suficiente fuerza o carga energética crea formas. Crea lo que somos y nuestras circunstancias. una fuerte convicción respecto de que lograremos un anhelo, puede atraer concretamente esta posibilidad de diferentes maneras.
El pensamiento "estoy convencido de que puedo encontrar un trabajo mejor" se manifiesta concretamente en una cadena de acontecimientos que pueden concluir en la oferta de un mejor trabajo. Una vez más, esto no quiere decir que individualmente podamos concretar todo lo que queremos en cada momento. Para generar la energía suficiente para que algo se manifieste muchas veces necesitamos que todo un grupo humano o comunidad piense en la misma dirección.
Cuando tienen la fuerza necesaria nuestros pensamientos producen efectos en nuestro cuerpo, en nuestra salud, en nuestra relación con nosotros mismos y con otros. Pueden también manifestar nuestros deseos, metas y proyectos. Los pensamientos operan como cocreadores de nuestra realidad. Pensamientos saludables crean condiciones físicas saludables, pensamientos armoniosos generan relaciones armoniosas, creencias de prosperidad generan prosperidad.
Adaptación del libro :
"Siete principios para transformar tu vida" de Eugenia Lerner
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