Memoria

Frente a la pregunta

"Quién soy?":

Será qué hay una sola manera de respondernos? No, No lo creo…

En los últimos días, estuve paseando por lugares nuevos, paisajes nuevos. Observando las diferentes cosas que llaman mi atención. Mi mente entiende mucho mejor el mundo a través de las imágenes. Es eso precisamente lo que me atrae.

Por momentos, me encuentro abstraída contemplando el río pasar. Alguna flor, o un insecto. Graffitis, personas etc.

Así recibo el mundo. Y existe en mí, una pequeña inquietud, que me suele generar un aroma de melancolía. Pues sucede que mi memoria, es muy práctica. pone foco y energía en guardar lo "necesario". Por ende, flores, mariposas y escarabajos, suelen esfumarse de la mente. Con el tiempo encontré una muy buena herramienta de apoyo en la fotografía. Encontré en ella, la manera, no solo de ayudar a mantener esa imagen "viva", sino que al volver a mirar fotografías que voy tomando, entro en un viaje en el tiempo. Puedo recordar con mucha precisión que pensaba, qué sentía y porque tomé esa imagen.

Al observar, un atardecer, un momento junto al río. Pensaba cuál sería la manera de que esos recuerdos quedarán despiertos en mi.

Observando, sintiendo. Respirando ese momento, me di cuenta, que en ese instante la vivencia del contacto con el río, del paisaje que tanto me embelesaba, se iban impregnando en mi. Como el aire que respiraba en ese instante, nutrían mi ser.

Ahí sentí una inmensa paz en el corazón. Pues aunque mi memoria olvide ese instante, la vivencia, ya está impregnada en mi. en mi cuerpo, en mi emoción…

Siento, pienso que así nos vamos "formando", nos vamos "haciendo", cada día, en cada momento presente. Nuestro ser crece, se nutre (también) con estos alimentos. Esto no se pierde. No hay manera de que se esfumen. Son parte de mi. Las experiencias que tomamos, como ingredientes fundamentales, nos hacen (y por qué no) nos transforman. A cada momento, a cada instante.

Gracias

C.A.